miércoles, 12 de diciembre de 2018

Tras el NaNoWriMo...

¡Hola a todos!
Ya era hora de que volviera a dar señales de vida por aquí, supongo. Lo último que supisteis de mí fue que me había unido al reto NaNoWriMo un año más, pero, a no ser que hayáis seguido mis progresos por redes sociales (en especial por twitter e instagram), no sabréis cómo me fue.

Lo cierto es que este año he tenido muchísimos altibajos. Ha habido días en que no escribía nada, otros en que apenas me salían unas poquitas palabras y otros en los que ponía el turbo, me liaba a teclear y, cuando me quería dar cuenta, había sobrepasado las cinco mil palabras. A veces, también, incluso las seis mil, y en el caso del último día batí mi propio récord al escribir 7224 en un solo día.

¡Así que ni tan mal! No me quejo, porque mi objetivo era escribir mucho, avanzar todo lo posible con la novela, conocer a fondo a mis personajes y moldear la historia, y lo he logrado. Fui a contrarreloj, pero, sí, lo conseguí: alcancé las cincuenta mil palabras. El Proyecto IMA cuenta ahora mismo con 50053 palabras.


Fueron días de escritura muy, muy intensos. La novela es muy introspectiva: mandan los personajes, que son quienes conducen la trama, y la narración es en primera persona, y por eso me supone un gran esfuerzo sentarme a escribir. No ya sólo por contar todo lo que quiero contar y que cada detalle encaje, sino también porque tengo que ser capaz de concentrarme al cien por cien, de meterme de lleno en la piel del personaje narrador, de pensar como él (o ella, mejor dicho) y ver el mundo a través de sus ojos.

Y no es fácil. Si alguna vez habéis escuchado a alguien decir que escribir un libro es fácil y que lo puede hacer cualquiera... ese alguien miente descaradamente.

Lo que sí es cierto es que el proceso se disfruta al cien por cien. Yo adoro a Aurora, una de las protagonistas, quizá con la que tengo más en común, aunque Irma, otra de mis hijas, también tiene mucho de mí misma. Incluso Marina, la tercera narradora, tiene una carga emocional muy fuerte que hace que me sea complicado y sencillo a la vez conectar con ella. Lo sé, esto no tiene sentido, pero si alguna vez tenéis ocasión de leer esta historia, tal vez entenderéis a qué me refiero.

Quizá es precisamente por esto por lo que llevo sin escribir desde que concluyó el NaNoWriMo. Estos primeros días de diciembre me he dedicado a hacer otras muchas cosas, como leer mucho, ver una película tras otra y viciarme a mis videojuegos favoritos, cosas que hice menos durante el mes de noviembre por haber dado prioridad a la escritura.

Por supuesto, no significa que haya abandonado la historia. De hecho, he visto un par de concursos a los que tal vez podría enviarla, pero mi mente me pedía a gritos desconectar un poco de la historia, que no es lo que se dice feliz y alegre y hermosa, sino más bien dura y compleja y triste. Necesitaba un descanso, y eso es lo que he hecho durante estos días.

Hoy mismo, mientras leéis estas líneas, ya estoy volviendo a la carga. Estoy releyendo todo lo que escribí durante noviembre, repasando que todos los detalles encajen, añadiendo algo que se me olvidó indicar en su momento y recortando escenas que quizá puedan no ser tan relevantes para la trama. Estoy volviendo a conectar con mis adoradas hijas y recargando las pilas para continuar narrando su historia.

No voy a abandonarlas. No voy a abandonar este proyecto. Hace años que no logro terminar nada de lo que empiezo a escribir, y esta novela va a ser lo primero a lo que ponga punto final desde que, allá por noviembre de 2013, conseguí terminar de escribir Bajo el cielo azul de primavera, la que fue mi cuarta y, hasta la fecha, última novela.


El Proyecto IMA será mi quinta novela. Estoy decidida. Y también estoy decidida a intentar que vea la luz tarde o temprano, una vez haya sido escrita, revisada y corregida, por supuesto, para que quede lo más perfecta posible.

Lo que importa es que la terminaré sí o sí, pase lo que pase. Echo de menos esa sensación de dar fin a una historia en la que he estado trabajando por mucho tiempo. Ya va siendo hora de que la recupere.

En fin, espero poder daros buenas noticias más pronto que tarde. No sé cuánto tiempo más invertiré hasta finalizar esta novela, pero lo que sí sé con seguridad es que esta vez no pararé. No hasta escribir esas cuatro últimas palabras, las cuatro que tengo en mente desde que empecé la historia y que sé que, si lo hago bien, serán el cierre perfecto.

¿Qué hay de vosotros? ¿Cómo os ha ido el NaNoWriMo? ¿Qué tal lleváis vuestros proyectos de escritura? ¡Contadme!

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¡Nos leemos!

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